Lübeck, la Reina Hanseática
Lübeck, la Reina Hanseática
Conocí Lübeck por casualidad, como me ha ocurrido con otros lugares en varias ocasiones. Por cosas del destino, un fin de semana que iba a ser de trabajo en Hamburgo me quedó disponible para turismo, pero como no conocía mucho sobre esta ciudad, busqué información en Internet. Al leer el artículo correspondiente en uno de mis sitios favoritos para ideas de turismo, Wikitravel, me enteré que a una hora de viaje estaba Lübeck, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con eso me bastó; no necesité profundizar más en ello para decidir que recorrería esta ciudad en mi próximo viaje.
Normalmente suelo documentarme bastante sobre los lugares a los que voy a visitar. En esta ocasión, sin embargo, no lo hice, y la verdad es que no me arrepiento. Lo único que sabía de Lübeck es que su monumento más famoso es una antigua puerta a la ciudad llamada Holstentor y que hay un iglesia desde cuya torre se contempla una vista estupenda. Esta ignorancia permitió que Lübeck me mostrase sus encantos sin previo aviso, ya fuera al girar en una esquina por allí, o al entrar en una plaza por allá. Sobre todo al amanecer, cuando la luz naranja del sol intensificaba el carmesí del ladrillo de los edificios neogóticos que pululan por la ciudad.
El primer tesoro que descubrí al llegar a la ciudad, de noche, fue la antigua puerta, Holstentor. Cuando me levanté al día siguiente, fue el primer sitio al que me acerqué, para ver cómo el sol la iba bañando poco a poco con su luz. Simplemente preciosa.
Ya había cumplido con el primer atractivo turístico del cual tenía conocimiento. El siguiente, el mirador de la iglesia de San Pedro, tendría que esperar, pues no abriría hasta las 9:00. Aproveché ese tiempo para recorrer el centro histórico de Lübeck mientras la ciudad dormía y las calles estaban desiertas, maravillándome con su arquitectura. Uno de los edificios que más me gustó fue el ayuntamiento. Por fuera es muy bonito, pero por dentro es realmente hermoso. La escalera principal es todo un monumento, donde predominan los tonos oscuros del ladrillo, conjugados con bellos motivos florales y diversas pinturas que muestran la historia de la ciudad en los tiempos de la Liga Hanseática. Justamente, a Lübeck se le conoce como la Reina Hanseática debido a su prominente posición dentro del grupo de las ciudades que conformaban esta alianza de pueblos mercantes en el norte de Europa. Llegó a ser la ciudad más importante de todas, y su arquitectura y sus leyes fueron modelo para otras villas de la liga. A ello se debe que hubiese el poder adquisitivo para construir y remodelar un ayuntamiento como este, y para decorarlo tan sublimemente.
No había intuido que me entretendría tanto, así que cuando finalmente llegué a la iglesia de San Pedro, era bastante más tarde de lo que había previsto, y lamentablemente las nubes habían llegado, empeorando la vista. Aun así, pude disfrutar de la vista hacia el lado donde está la Holstentor, con el río y sus encantadoras casitas medievales que parecen de granate.
El resto del día me la pasé caminando y admirando el resto de los edificios históricos de Lübeck, a veces repitiendo, con el objetivo de ver cómo cambiaban de apariencia conforme la luz del sol incidía sobre ellos de forma distinta. Fue el caso de Hospital del Espíritu Santo, un antiguo hospital de caridad financiado por los burgueses de la ciudad, el cual me mostró una cara muy distinta por la tarde, al tener el sol detrás de mí en lugar de detrás suyo, y al estar abierto al público a esa hora. Bueno, seré honesto; en realidad la razón principal por regresar allí fue que en su sótano había un restaurante con buen aspecto al cual ya había notado al pasar por allí por la mañana. El restaurante se llama Kartoffel Keller (cava de la patata), y la verdad es que la comida fue deliciosa. Pedí un plato que incluía tres filetes, con patatas, vegetales, champiñones y un huevo frito. Toda una bomba de calorías para aguantar los fríos días del invierno, o una dura jornada de turismo a pie.
Conforme el sol se ocultaba tras el horizonte, me fui dirigiendo hacia la estación de tren, pasando por la Holstentor. A esa hora, bullía en actividad, todo lo contrario a cómo la vi a primera hora del amanecer. Había de todo: turistas tomándose la tradicional foto con la puerta y jóvenes locales aprovechando el buen tiempo para sentarse en la hierba a hablar por horas. Yo me dediqué a tomar mi última foto de Lübeck, curiosamente del mismo monumento que me había recibido la noche anterior, el que me había empezado a mostrar los encantos de la ciudad al amanecer, y el que ahora me mostraba otra cara más, durante el atardecer.
Cómo llegar
Lübeck tiene su propio aeropuerto (LBC), aunque la oferta de vuelos del mismo es mínima. El aeropuerto grande más cercano es Hamburgo (HAM), desde el cual Iberia, Air Berlin, easyJet y Ryanair operan vuelos a varias ciudades españolas. También es posible volar a Hamburgo con otras compañías como Air France o KLM con conexión en otras ciudades europeas. Desde el aeropuerto o la ciudad de Hamburgo, se puede llegar a Lübeck en tren de cercanías, el cual tarda una hora aproximadamente, y cuesta 14,10 euros. Más información en la página web de Deutsche Bahn.
Dónde comer
El restaurante mencionado en la entrada, Kartoffel Keller, se encuentra a un costado del Hospital del Espíritu Santo, en la calle Kober, número 8. El precio medio se encuentra alrededor de los 15 euros. Lo que yo pedí en mi visita fue un plato llamado Kartoffelkeller Pfanne (14,90 euros) y medio litro de cerveza local Jever (3,90 euros).
Dónde dormir
El centro histórico de la ciudad es el mejor sitio para hospedarse, permitiendo explorar a pie fácilmente el conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad. Hay una buena oferta de hoteles, hostales y apartamentos. En mi caso, me quedé en un apartamento que reservé a través de Booking.com, por 45 euros la noche para una persona, pero el mismo ya no está operando, por lo que no lo puedo recomendar.
Marilyn Diéguez
Me gustaron los últimos apartados que incluiste: cómo llegar, dónde comer y hospedarse… También, los costos como referencia…
Top 10 – Experiencias de viaje de Carlos en el 2011 | El perro viajante
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JOSÉ
Comparto casi al completo tus sensaciones y estimaciones. Nosotros, mi esposa y yo estuvimos en agosto del 2007. Y he dicho «casi» porque fue en viaje de grupo organizado y por tanto con guía local. Comenzamos con el Hospital, seguimos con la comida y acabamos tras el Ayuntamiento en la Plaza del Mercado y regresamos a dormir a Hamburgo. El Viaje se llamaba «Alemania Romántica». En total once días, viendo Munich, Merburg a orillas del Lago Constanza, el Castillo de Luis II de Baviera, Friburgo, Rottenburg der Tauber, Franckfurt del Main, Colonia, Hamburgo, Lübeck, Postdam y Berlín. Para lo que pueden ser los viajes en grupo no estuvo mal. Un Saludo.
Carlos V. Ho Diéguez
Hola José, bienvenido al perro viajante.
Me alegra que esta entrada te hiciera recordar tu viaje y que sientas que nuestras experiencias fueron similares. Yo quedé con ganas de volver a Hamburgo y dedicarle más tiempo, y cuando lo haga, me pasaré de nuevo por Lübeck. 🙂
Carmen
Qué pasada de articulo, estoy buscando info sobre esta cuidad porque viajo en breves y me has convencido del todo!
gracias.
Carlos V. Ho Diéguez
Hola Carmen y bienvenida al perro viajante.
Me alegra que te haya gustado el artículo y que te anime a visitar Lübeck. Algo que no comenté en el artículo, pero deberías saber, es que esta ciudad es muy famosa en Alemania por su mazapán. ¡No dejes de probarlo!
Si te puedo ayudar con algo más, no dudes en avisarme.
Nacho
Hola, muchas gracias por la información. Mi mujer y yo vamos a Hamburgo – Bremen – Lübeck en un mes y nos ha parecido muy interesante tu experiencia.
La información sobre alojamiento, restaurantes y transporte nos va a venir muy bien.
Saludos,
Nacho
Carlos V. Ho Diéguez
Hola Nacho y bienvenido al perro viajante.
Me alegra que os haya gustado el relato de mi experiencia. Esto fue ya hace muchos años, así que de paso, he actualizado la información que estaba al final del artículo, aprovechando tu comentario. Evidentemente, los precios han subido un poco, y las opciones de aerolíneas y aeropuertos han cambiado. Además, el apartamento en el que yo me quedé ya no parece estar operando. Sin embargo, no creo que sea complicado encontrar otra opción buena y barata.
¡Disfrutad mucho de Lübeck! A mí me encantó, y una de las cosas que más me gustó es que el centro histórico es pequeño y es muy fácil de explorar.
Alfonso
Lübeck es precioso. Es una de esas ciudades que te hacen preguntarte cómo debía ser Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Todo lo que se ha debido de perder en muchas otras ciudades…
Aquí hay una ruta interesante para conocer Lübeck a pie en un día: http://www.walkingo.com/route.php?city=465
También hay rutas de otras ciudades alemanas y de más países.
Un saludo!!
Carlos V. Ho Diéguez
Gracias por la recomendación de ruta, Alfonso.
Y sí, efectivamente, Lübeck es una ciudad preciosa. 🙂