Esta es la primera entrega de un relato detallado de mi experiencia recorriendo a pie la ruta de la W invertida en el Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Puedes leer otras entregas y un resumen de todo el viaje aquí.
Estoy cansado. O debería estarlo. Aterrizamos en Punta Arenas a la 1:20 am tras un vuelo de tres horas desde Santiago, nos fuimos a dormir a eso de las 2:30 am, y nos levantamos cerca de las 8:00 am. Pero no siento el cansancio y parece que mis compañeros tampoco, ya que pasamos las tres horas de camino entre Punta Arenas y Puerto Natales charlando animadamente. Se puede palpar la emoción que sentimos por la aventura que tenemos por delante: recorrer a pie y acampando la W invertida en el parque nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Se trata de un trek de cinco días durante los cuales disfrutaremos de los principales atractivos del parque: lagos turquesa, ríos de hielo, bosques esmeralda y colosos de granito.
El tiempo en el autobús se pasa volando y pronto nos encontramos en un automóvil que nos lleva a nuestro hostal, Niko’s II Adventure. Nuestro primer día en la Patagonia lo utilizaremos para obtener la ropa y accesorios que nos faltan para protegernos de las inclemencias de los elementos, alquilar el equipo de camping y acumular provisiones.
Mientras compramos pantalones de trekking, guantes y otros artículos en la tienda de montañismo Balfer, mi compañero Barry me señala hacia el exterior: hay una gran cantidad de humo. Se está incendiando un edificio en pleno centro de Puerto Natales y medio pueblo está conmocionado. Nos acercamos al lugar del siniestro. Nunca había visto un incendio en directo.
Todo el centro de Puerto Natales está cubierto por el humo y se hace difícil en algunos puntos ver más allá de diez metros. Los bomberos trabajan a destajo para tratar de controlar el fuego, el cual a veces pareciera que podría empezar a consumir la vivienda contigua. El viaje empieza con fuertes emociones; seguro que esto es un adelanto de lo que nos espera. Pero necesitamos descansar, así que nos alejamos rápidamente del incendio, terminamos nuestras compras, nos abastecemos con todos los frutos secos, pasta, fruta deshidratada, arroces y sopas que podemos, y nos retiramos al hostal.
Por muchas noches comeremos comida muy simple, así que mi compañero Niko y yo preparamos un banquete final para nuestro trío: pasta al ragú, con cebolla y ajo fresco. Degustamos nuestra gloriosa cena brindando con tres cervezas Austral Patagonia que portan la imagen de las Torres del Paine en su etiqueta.
Mañana Niko y yo veremos por primera vez estos picos que sobresalen a más de 2000 metros sobre las llanuras del parque nacional, mientras que Barry las contemplará por segunda vez, tras su viaje hace cuatro años. Eso es, si el tiempo nos lo permite, ya que la Patagonia es famosa por su clima salvaje; un día soleado se puede transformar rápidamente en un miserable día de tormenta y fuertes vientos. La predicción meteorológica no vaticina buenos momentos durante nuestra visita, pero todos saben en estas latitudes que la única predicción que es válida es la que se puede ver en el presente en el parque mismo. Mañana veremos que nos depara el tiempo. Ahora trataremos de dejar la emoción a un lado y dormir todo lo que podamos. El primer día es uno de los más fáciles, pero es largo y no queremos iniciar con fatiga. La luz se apaga, y nos acurrucamos por última vez en una cama caliente.
Este es un relato detallado de mi aventura recorriendo a pie la W invertida en el Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena. Puedes leer un breve resumen de toda la experiencia aquí.
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Marilyn Diéguez
Gracias por prestarnos tus ojos, una vez más, para ver el mundo… Te amo…
Carlos V. Ho Diéguez
¡De nada! Aunque en esta parte de la historia no hay mucho que ver… 😛
Barry Swan
Al fin de dia lograste a salvar los papelitos de la botella de cerveza?
Carlos V. Ho Diéguez
¡Sí! Los tengo en mi casa, como un buen recuerdo (otro más) de nuestra increíble aventura.