…Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas. Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa…
Venecia, Hombres G
Una ciudad cautivadora, una ciudad que seduce… Una ciudad para los amantes. Así definiría yo a Venecia.
Ese fue el pensamiento que acudió a mi mente aquella primera tarde de visita en la Reina del Adriático, cuando tras colmar mis sentidos con imágenes de ensueño, cerré los ojos para llenarme de la brisa marina y perderme entre las notas de un melancólico acordeón que sonaba en la distancia.
¿Qué puedo decir? Venecia me atrapó. Me enamoró a primera vista como lo hizo durante aquella primera visita hace 12 años.
Y es que la experiencia de perderme entre sus callejones de piedra angostos y sinuosos, atravesar sus cientos de puentes y escalinatas, surcar el Gran Canal a lomos de un vaporetto —o porqué no, de una góndola— o sentarme en la Piazza San Marco a imaginar la vida en la república de antaño, es simplemente inigualable.
